¿Ser Optimista o en Pesimista? la decisión es toda tuya.

Imagina que nada pareciera un obstáculo y todo fuera posible…¿A qué te atreverías?

10 años o 10 mil horas son las que necesitas para amaestrar cualquier habilidad compleja según las varias investigaciones que se han realizado sobre el tema.

En esto entra el tocar un instrumento, aprender un idioma, dominar un deporte y hasta las habilidades mentales.

Nuestra cabeza es lo que define nuestro mundo. Nuestros pensamientos crean nuestra realidad. Aunque tú no lo creas tú eres el o la que construye su propio destino con las actitudes, decisiones y acciones que tomas todo el tiempo.

Si bien muchas de los defectos que se encuentran en el ser humano no son culpa tuya y si de la cultura, de la educación y la sociedad en la que habitas, esto no te quita la responsabilidad de lo que puedes hacer cuando te das cuenta que está dentro de ti el poder de cambiar el rumbo de tu destino.

Optimismo Vs. Pesimismo

Dice la analogía “El optimista ve el vaso medio lleno, El pesimista ve el vaso medio vacío”

Y lo que quiere decir es que la persona que toma una actitud optimista antes las adversidades, encontrando oportunidades, tiende a vivir una vida más plena y a sobresalir en aquello que se quiere.

Las actitudes positivas u optimistas te permiten fluir como un rio hacia los objetivos que tienes en tu vida. En cuanto las actitudes negativas o pesimistas parecen hundirte en un pantano donde el lodo y la tierra evita que puedas avanzar como te gustaría.

Pero… ¿Qué determina el ser optimista o pesimista?

Aquí encontramos una encrucijada, con varias opciones de acuerdo a la vertiente de la psicología a la que se le pregunte.

Como yo me baso en la Psicología del Deporte y el Rendimiento Humano te diré que el que determino si hoy eres optimista o pesimista fue todo tu entorno cuando eras niño.

  • La educación que recibías de tus padres: Recuerda, ¿cómo ellos se comportaban o se comportan delante de un problema? Muy probablemente tú te comportes igual a uno de los dos.
  • La escuela a la que frecuentaste: El tipo y la calidad de la enseñanza y de los profesores modelaron tu cabeza y determinan como enfrentas los problemas de la vida.
  • Las amistades o círculos sociales: El tipo de amigos, si eres religioso, si practicaste algún deporte. Todo esto también determina el cómo enfrentas los obstáculos del día a día.

Claro, es muy probablemente en algunos casos, cuando te sientes más cómodo/a, tiendes a ser optimista pero cuando entra la duda te pasas al otro bando.

Esto es habitual y es aquí donde entra la habilidad de ser optimista. El buscar oportunidades especialmente cuando las cosas se ven más obscuras.

¿Se puede entrenar para ser Optimista?

Claro que sí, muchos de los pensamientos negativos y o pesimistas que ocurren dentro de ti, son programas automatizados que salen a relucir en momentos que parecen similares a cuando los aprendiste.

Estos pensamientos están ahí todo el tiempo, es un dialogo interno y aparecen cuando te enfrentas a algo que debe solucionarse.

Si no tienes dentro de ti el ver las soluciones positivas muy probablemente te quejes, culpes a alguien o inventes excusas cuando debes hacer algo que no te agrada.

Si consigues identificar los pensamientos y hacer un cambio de actitud, hacia pensamientos optimistas, buscando crecer y aprender, tendrás una sensación positiva inmediata y la repetición consciente, una y otra y otra vez, hará con que eventualmente se cambien los tipos de respuestas, de pesimistas a optimistas, para comenzar a ver el vaso medio lleno.

Esto a través de los años puede traerte beneficios a ti, a tu familia y al círculo que te rodea.

Solo imagina que nada pareciera obstáculo y todo fuera posible…¿A qué te atreverías?

La decisión depende de ti

Tienes la información y aunque parece abrumador no lo es.

Lo único que debes hacer es identificar el próximo pensamiento pesimista, de queja, culpa o excusa y hacer un cambio de actitud.

Luego después de ese, te enfocas en el otro y así sucesivamente.

Cuando te des cuenta, lo comenzaras a hacer de forma automática y habrás formado una habilidad psicológica que te servirá para moldear el verdadero futuro que tú quieres para ti y tus seres queridos.

A trabajar se ha dicho.

Referencias Bibliográficas

Allen, J. B. (2003). Motivación Social en Jóvenes Deportistas. Jornal de la Psicología del Deporte y el Ejercicio, 25, 551-567.

Mageau, G. A., & Vallerand, R. J. (2003). La Relación entre el Entrenador y el Deportista: Un Modelo Motivacional. Jornal de las Ciencias del Deporte, 21(11), 883-904.

Ryan, R. M., & Deci, E. L. (2000 Teoría de la Auto-Determinación y la Facilitación de la Motivación Intrínseca, Desarrollo social y Bienestar. American Psychologist, 55, 68-78. doi: 10.1037110003-066X.55.1.68

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